La finalidad del desarrollo debe ser, no el crecimiento a costa del agotamiento de los bienes naturales, sino el mejoramiento continuo y equilibrado de la calidad de vida de las sociedades.
La calidad de vida no debe ser confundida con un aumento de la capacidad de consumo. Ella es resultado de la satisfacción plena, libertad y con equidad, de las necesidades básicas del individuo y de la comunidad en términos materiales y espirituales (buen vivir; vivir bien) y esta irremisiblemente comprometida a la conservación y al mejoramiento continuo de la calidad ambiental.
La descarga de este material está disponible en los siguientes formatos:
Material elaborado por Oscar Rivas y Elías Díaz Peña (CADEP)