Uno de los indicadores más utilizados para ilustrar la desigualdad social y económica de la población es la distribución del ingreso, pues hace referencia a los resultados de las actividades económicas, generalmente de cada año, en relación con los estratos sociales, la ocupación, la zona y otras características descriptivas de la población de referencia. Pero estos resultados necesitan ser integrados con las desigualdades reveladas por el análisis de la estructura y el proceso socioeconómico global de donde surgen, y donde las desigualdades se encadenan, complejizando el análisis, así como las alternativas de cambio.
Los resultados de la Encuesta de Hogares 2013 revelan una mejoría relativa en los ingresos de los sectores de la población más pobres y una reducción del peso relativo del ingreso del décimo decil más rico en el total de ingresos. Su análisis, sin embargo, evidencia que la estructura del ingreso se mantuvo concentrada en el decil más rico y que la gran mayoría de la población se encuentra entre los sectores más pobres.
Hay consenso en señalar que la enorme desigualdad económica y social que existe en la sociedad paraguaya, así como del número de pobres y pobres extremos, es producto del modelo de desarrollo altamente concentrado y excluyente actualmente vigente, por lo que el cambio de este modelo por otro de desarrollo inclusivo se ha vuelto una constante y una urgente tarea a rehacer y continuar, tras el proceso desarrollado entre el 2008- 2012.
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